Tras más de un mes encerrados en casa el domingo 26 de Abril los niños han salido a la calle, si bien es algo muy positivo también puede ser una situación que desencadene temores tanto a los progenitores como a los propios niños.
Para muchos padres es un alivio el hecho de que sus hijos puedan tomar el sol y que les del aire, salir durante una hora supone un oasis en medio de este confinamiento, pero de igual forma también puede ser un momento de tensión y estrés.
Mateo ha estado esperando con anhelo poder jugar al fútbol, el domingo se despertó media hora antes de lo habitual, durante el desayuno parecía nervioso e inquieto, las tostadas que le encantan estaban en el plato, de repente empezó a llorar. Carla su madre le preguntó que le pasaba, entre sollozos le dijo que no quería llevarse el balón porque se podía contaminar, y que prefería quedarse en casa jugando a la PS4. Enrique, su padre que ya estaba listo para salir le increpó: ¡Ya está bien de maquinitas, la culpa es nuestra por dejarte jugar …ahora mismo te vistes y nos vamos a la calle! Mateo comenzó a dar golpes a la mesa sus padres estaban desconcertados jamás había tenido un comportamiento así.
Nora su hermana pequeña sin embargo estaba feliz de salir con su patín, pero cuando escucho a su hermano, dijo que ella tampoco quería pasear. Durante los días previos su juego favorito había consistido en jugar con su madre a las enfermeras, en todos sus dibujos además de un colorido arco iris había una ambulancia con unicornios y hadas con mascarillas
Mateo finalmente se puso su traje de futbolista ante la mirada inquisitiva de su madre, en su habitación mientras se preparaba para salir, la acribilló a preguntas: ¿y si el virus está en el suelo, que hacemos con el balón?, mamá ¿si tu coges el coronavirus estarás en la habitación del fondo y papá y nosotros?, ¿y si papa también se pone enfermo?, por ultimo preguntó qué pasaría con el balón, ¿lo lavarás también con lejía?
Su padre desde el pasillo, grito: ¡Déjate de tonterías, es que tu madre te presta mucha atención!
Carla comenzó a sentirse abrumada, no entendía porque su marido la culpaba además no sabía lo que debía hacer, Mateo era un niño muy maduro y responsable, pero tenía solo 10 años.
Carla y Enrique estaban desconcertados: ¿sería solo hoy o se repetiría los próximos días?, ambos cruzaron sus miradas como buscando respuestas en el otro ¿Qué podían hacer?
Lo que les ha ocurrido a ellos es una situación que nos puede ocurrir a cualquiera, tras días de estar sin salir en casa ,y con toda la información que han visto y oído los niños es normal que tengan miedo.
Qué pueden hacer Carla y Enrique, veamos algunas pautas:
- Admitir el miedo del niño: ¿"te preocupa que nos contagiemos"?
- Mostrarse comprensivo: "es lógico que después de estar tanto tiempo en casa tengas miedo a salir, yo también me siento raro/a"
- No ridiculizar: "eres un pequeñajo/a, no seas cobardica"
- Manejar el agobio que puede ocasionar que nuestro hijo/a no quiera salir, evitar enfadarnos: "me siento mal de verle tan angustiado/a voy a tranquilizarme"
- Responder a las preguntas que nos hagan, dar una información que pueda entender en relación a su edad y su grado de madurez.
- Consolar y calmar, pero ante la insistencia del niño/a, distraerle con temas que rebajen la tensión.
- No forzar la salida, hacerlo gradualmente: salir al portal, dar una vuelta a la manzana y volver a casa
- Dar ejemplo con nuestro comportamiento tener en cuenta no solo lo que decimos también como lo decimos (gestos, tonos de voz.), decir no pasa nada con voz serena y una leve sonrisa.
- Conviene dar seguridad y actuar con tranquilidad, si es posible que salgan
Durante el paseo:
- Centrar la atención en temas positivos, lúdicos: "jugar al veo- veo, conversar sobre temas que les interese".
- Respetar los ritmos de los niños: si quieren volver antes de tiempo permitirlo, recordad que llevan muchos días sin salir y es normal.
- Con los más pequeños planteamos la salida a la calle como un juego: "tenemos un pegamento mágico que nos une a la mano de papa/mama, nuestras manos son mariposas vuelan por el aire, las mariposas no se ponen en el suelo, ni tocan las barandillas, solo vuelan"… “mandamos besos invisibles a otros niños”