Entre cuatro paredes

román andrés arquitecto fundación atyme coronavirus aislamiento mediación
Román Andrés es un arquitecto amigo de uno de los compañeros de la Fundación ATYME, días antes del inicio del confinamiento asistió a una reunión de trabajo en la que pudo infectarse del coronavirus, decretado el estado alarma comenzó con los síntomas que se describían en todos los medios de comunicación, así que quedó aislado en su habitación, entre cuatro paredes, a una puerta de su mujer y sus dos hijos. En este artículo nos cuenta una pequeña parte de su experiencia 

Más de un mes encerrado en mi cuarto con síntomas de coronavirus, observando lo que pasa a mi alrededor. Lo que pasa en el mundo, en tu país, en tú familia y amigos, incluso dentro de ti.

Estamos en uno de esos momentos en los que se puede ver con más detalle las ideas que parecen dominar el mundo

El mundo está loco, loco, loco, loco como diría Mel Brooks. Algunas de las escenas que se han visto estos días bien lo justifican. Las decisiones de los que nos dirigen siempre tienen consecuencias para las personas, incluso la de su muerte. Estamos en uno de esos momentos en los que se puede ver con más detalle las ideas que parecen dominar el mundo. El debate sobre el número o porcentaje de muertes que se pueden evitar en función de un punto más o menos de PIB es una excelente escena trágica, o cómica según se plantee. Y lo mejor es que esta situación se observa en la pequeña escala. Aquellas personas que asumen más riesgos propios y para los de su entorno, porque necesitan trabajar, o quieren reducir sus pérdidas. 

Las buenas noticias han venido del pequeño país que es tu calle

Me gustaría ser positivo con mi país, pero no me sale. Entiendo y comparto que, ante la falta de preparación o la escala de lo que ha pasado, los encerrados con síntomas leves en una habitación, no somos una prioridad frente a las tragedias de las familias y las personas que se han ido o que lo están pasando mal. Pero creo que es innecesario el confundir a una población preocupada con pensamiento mágico. El adelantar continuamente hechos que no van a pasar, solo para calmarnos. Esto es motivo, y sigue siendo motivo de pensamientos negativos. Las buenas noticias han venido del pequeño país que es tu calle,… Eso es otra cosa.

También éste ha sido un buen momento para saber las relaciones de familia y amistades. Está siendo curioso observar como la familia y los amigos sigue siendo esa red de apoyo, de aliento,  inagotable almacén de humor gráfico…y también de transmisión de noticias. Ante los grandes huecos que han dejado un virus desconocido y la gestión atropellada de los que nos gobiernan y los medios de información, cada persona se ha construido su opinión sobre lo que hay que hacer o dejar de hacer… y la transmite. Con el mejor deseo de ayudar, y solo armado con la información que le llega tras una web aturullada de información, y con el soporte de un amigo que me ha dicho no sé qué, me han invadido los consejos, los diagnósticos, las recetas de lo que hacer… El virus se ha transmitido por el aire y por las redes. La falta de información adecuada contamina también las comunicaciones más próximas.

Soy de las personas que tienen capacidad de hacer sus propios viajes sin moverse de su silla

Terminar hablando del encierro personal. Soy de las personas que tienen capacidad de hacer sus propios viajes sin moverse de su silla. Por lo que las cuatro paredes no me han impedido continuar viajando entre trabajo, proyectos e inquietudes. Pero para ello tienes que haber cultivado de alguna manera el un mundo de relaciones dentro de ti y un mundo de personas fuera. No sé si os pasará pero yo sé que las cosas que yo hago para mí, no tienen sentido sin vosotros.

Este escrito es una manera de decir que las llamadas importan, la comunicación importa. El saber que hay gente que piensa en ti importa. Devolver a esas personas el apoyo importa. Y eso hago Paco. Y eso hago ATYME.


 

TwitterLinkedinFacebookEmail